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miércoles, 7 de noviembre de 2012

Amada mía...

Amada mía...
Sé que si yo fuera tinta, tú serías pergamino...
Si viviéramos en otro siglo... El siglo que me enamora...

Te recogería con una carroza y sus caballos... Agarraría tu suave mano con delicadeza, y te invitaría con elegancia a pasar una velada eterna de amor.
Quedaría ensimismada observando tu infinita belleza. Observando como el detallado vestido y corsé, se ajusta perfectamente a las curvas de tu cuerpo... Te observaría sumamente hermosa. Sé que me harías delirar como nada ni nadie... Provocarías casi una muerte inmediata de todos mis sentidos, de mi corazón...

Te ayudaría a subirte y sentarte en la cómoda carroza, y luego... Luego te pediría por favor que me cedieras el fascinante placer de poder rozar tus labios con los míos; y al hacerlo, moriría...
Besaría tus hermosos labios con todo mi amor y ternura... Y entonces susurraría
'te amo' a centímetros de ti, acariciaría tu rostro, tu pelo... dejándome hipnotizar por tus ojos.
Me quedaría sin aliento, e intentaría recobrarlo, sonriendo embelesada por tu presencia.

Pediría al portador de la carroza que siguiera hacia delante hasta llegar a un jardín de flores. Una vez allí, bajaría de la carroza y arrancaría una flor de ese jardín, la más bonita... Y después volvería a por ti. Agarraría de nuevo tu mano, posicionándome casi en una reverencia ante ti, y besaría tu mano a la vez que te ayudo a bajar.
Te regalaría esa flor recogida e inmediatamente susurraría en tu oído lo hermosa que eres.

Te hablaría con gentileza, precisión e inquisición hasta hacerte entender que esa flor en tu mano, no es ni comparable contigo.
Te rogaría que escucharas mis palabras hasta lo más profundo, mientras a cada segundo muero por ti...

"Amada mía... Sé que tal vez no merezco tu amor, tu belleza. Me... me haces temblar...
Me paso las noches en vela intentando encontrar las palabras adecuadas para ti, y luego me dejas sin aliento, y las palabras se traban en mi garganta, angustiándome...
Mi alma busca la tuya día y noche, insiste hasta la saciedad, y lo siento... no puedo dejarlo sin más.
Ojalá pudiera hacerte saber lo que eres para mí...
Solo deseo que me aceptes. A mí, a mi alma, a mi amor...
Adoro todo de ti... Todo. Quiero amarte. Déjame prometerte que si me permites amarte, lo haré eternamente. Lo prometo.

Amor... Esto es complicado, porque tengo un respeto hacia a ti, tan grande como el universo, eres como una reina para mí...
Me atormenta. No quiero robarte nada. Eres tan valiosa para mí... Y esto puede sonar grosero, pero juro... Juro por mi vida que no te haré daño si me dejas disfrutar de tu existencia cada día de nuestra vida.

Escúchame... Deseo con toda mi alma amar tu cuerpo.
Acariciar tus pechos, besarte sin parar, sentirte desnuda junto a mí...
Verte llegar a lo más alto. Y llorar al sentirme la mujer más afortunada del mundo por haber conseguido hacerle el amor a una diosa.
Quiero tratarte como trataría a esa flor resguardada entre tus manos... Como mereces, con infinita dedicación.

Mírame arrodilla ante ti...
Te lo ruego. Déjame amarte completamente. Déjame vivir por y para ti..."

Y con un beso en los labios... me robarías el alma.
Nuestra historia de amor... eterna por siglos.

martes, 18 de septiembre de 2012

Esta noche viviremos por amor.

¿Puedes sentirlo? ¿Sientes lo mismo que yo? Lo sientes... ¿Verdad?
Arráncame la lengua. No quiero ni una palabra esta noche. Deja que nuestras manos sean capaces de todo y de nada. Que nuestros cuerpos se muevan en sincronía hasta que nos sintamos desfallecer. Hasta que nuestros corazones mueran de amor y placer, y luego nos pida una vez mas que el roce sea el rey de esta fiesta sin mascaras.


Esta noche la sangre derramada sera el dulce vino. Dulce vino entre tus labios... Entre mis labios...


Te amo... Déjame susurrartelo al oído...


Entiendes el dolor tanto como yo. Todo duele en nuestro interior, pero... Quiero entregarte amor, tal vez eso duela menos... O mas de lo que pienso...

Convirtamos ese agrio sabor... Mezclemoslo con el dulce vino y hagamos que desaparezca al tocarnos.

No voy a esconder mis temblores esta vez. Tu me haces temblar, me vuelves tan vulnerable... Y eso es amor, no dolor, así que permiteme dejarlo libre.


Voy a amar tu cuerpo, cada centímetro de tu piel... Como si de la ala de una mariposa se tratara. 

Acaríciame, posa tu mano sobre mi rostro, déjame sentirte, y que las lagrimas que caigan de mis ojos, representen la pureza de mi alma.

¿Rosas negras? Esta noche, eso no existirá.

Suaves pétalos de rosas rojas, acariciando nuestros ojos...
¿Oscuridad? No... Nuestro amor alumbrara la habitación.

No habrá ni frío, ni sufrimiento, ni soledad...


Esta noche, viviremos por amor.

domingo, 8 de julio de 2012

¿Recuerdas nuestro amor puro y eterno?

¿Recuerdas mis besos?  ¿Recuerdas cuando mis labios estaban sellados y solo los tuyos podían romper el hechizo?

¿Recuerdas cuando mis manos solo eran puras sobre tu piel? Cuando decías que sentir mi piel en contacto con la tuya te hacia estremecer...
¿Recuerdas la sincronía de nuestros movimientos? De nuestros cuerpos, que se movían instintivamente entre si...
¿Recuerdas cuando el echo de sentir nuestros cuerpos desnudos, no dolía? Cuando estar pegadas, y nuestra piel rozándose, era la mejor sensación del mundo...

¿Recuerdas cuando los 'te amo' eran tan profundos que perforaban nuestra alma? ¿Recuerdas esas dos simples palabras? Que eran las mejores en nuestro universo...

¿Recuerdas cuando prometí llevar tu alma conmigo para siempre en el momento que me la entregaste por completo?

Y... ¿Cuando morías por mi olor? ¿Recuerdas mi perfume, amor? 
Aun deliro cuando una brisa de aire puro me trae el mejor olor del mundo, tu olor... 
Y los recuerdos inundan mi corazón de latidos desesperados...

¿Recuerdas cuando te aferrabas a mi cuerpo al sentirme dentro de ti...? ¿Recuerdas esa sensación tan vivida? 
¿Recuerdas cuando le mostrabas a las estrellas que todo mi ser, era completamente tuyo? 
¿Recuerdas que las lagrimas brotaban de mis ojos solo por sentirte? ¿Lo recuerdas? 

¿Recuerdas cuando morir de placer después de todas aquellas caricias que nos regalábamos, nos enamoraba mas y mas...?
¿Recuerdas cuando ninguna de esas cosas eran recuerdos, sino echos, en nuestra vida de amor eterno...?

Amor... ¿Recuerdas cuando hacíamos el amor como los ángeles?

domingo, 15 de abril de 2012

Poesía errática, mujer convertida en niña entre vuestros brazos.

Dulce sabor exquisito el de vuestra alma, que embriaga sin darse cuenta cada uno de los poros de mi piel.
Tanta necesidad de vuestra existencia, que las mentiras absorben lo racional y así vuestro amor poseo.
Si las plantas de vuestros pies se vieran en el borde del precipicio, os empujaría una vez más, amor, obligándoos a arriesgaros por mí, egoístamente, pues al fin y al cabo también soy impura.
Derramar lágrimas tan puras que vos sabéis que son solo por la falta de vuestras caricias.
Palabras escritas en un papel ensangrentado, palabras, súplicas de ayuda donde vos solo respondes con una amarga sonrisa donde la luna se paga tras mi rostro.
Poesía errática formada por vuestro amor, la adoración a la literatura y mi propio dolor.
Vuestras ganas de hacerme el amor y mi irracional miedo a la vida, que se mezclan en un paréntesis donde me veo nacer rodeada de sangre y lágrimas en mis ojos que siguen masajeando mi piel sin cesar.
Vos, tan ininteligible que a mi corazón hacéis palpitar son fuerza y detenerse con desinteresada actuación a la vida.
Heridas abiertas que vuestros dedos sanan con dedicación y placer, donde bajo vuestro toque, tiemblo una vez más ante la poca costumbre del calor de un cuerpo humano.
Necesidad de caricias anti sexuales las cuales dudo que vos entiendas que necesito solo proveniente de tu adorable delicadeza.
Vos que resultas ser mi nueva musa. Vos, vos y vos… No importa si en el amor o en el dolor, ahora, siempre vos.
Vos que creéis entenderme…
Que ilumináis mi alma haciendo parecer que mi mente se esfuma de mi cuerpo creando una aura encantadora que solo vos sois capaz de crear.
Amantes en la oscuridad, ésta que creo como mi mejor cómplice la cual aceptas y amas por amor a mí.
Literatura amada…
Horas donde la letra N es inyectada en mis venas acompañando la trayectoria de mi sangre que me hace seguir con vida. Vida que sin vos reclamaría la falta de amor y seguiría atormentándose más y más fuerte por la ausencia de un cariño que no llegó a mi piel como deseaba.
El pergamino que cuenta la historia de de mis plegarias, de miles de agradecimientos… Pergamino en el cual seguiré escupiendo tinta hasta que sea capaz de hablar más allá del papel.
Deseo que adoréis la oscuridad de mi corazón, que el dolor no acabe con vuestro amor, y los pétalos sigan cayendo sobre mi cuerpo semi desnudo, abandonado a su suerte en un mar de bosque húmedo.
Vos que sois la única que ha vencido el gélido que acompaña todo mi ser, que enferma mi sangre, que reina mi piel haciéndola infinitamente sensible. Habéis dado calidez a mi cuerpo, un ardor que llega hasta inmiscuir en mi alma… Mi alma, la cual ansía sentirse así eternamente…
Una mujer arde en el infierno, gritando vuestro nombre desesperadamente, desde el más hondo agujero. Llora lágrimas de sangre y posee una voz que conozco, que es tan familiar para mis oídos… Desgarra la madera a su alrededor con sus largas uñas y solloza con vehemencia.
Vuestra mano asoma entre las llamas hambrientas, escucho vuestro corazón latir con vigor hablando por vuestra voz.
Rescatas a la mujer del infierno, del agujero hondo de desesperación en el cual tu fuerza surge en el indicado momento en el que yo, soy esa mujer, pero entre vuestros brazos me siento tan claramente… Una niña.


martes, 13 de marzo de 2012

La lluvia que bañó la primera vez2: El recuerdo comatoso aturdido por la nueva lluvia.

Descanso sola sobre la cama que aún huele a ella un día después.
Su esencia se ha quedado impregnada en mí.
Mi alma ha estado destellando toda mi vida sin sentido, pero la noche de ayer... Ella hizo que despertara. Mi corazón en cambio sigue sangrando sin piedad, la oscuridad en él no me deja casi respirar y la frialdad... Eso me atormenta.

Cierro los ojos y empiezo a recordar justo cuando la lluvia cae de nuevo como lo ha hecho todos estos días, y su sonido me aturde entrando en un coma de recuerdos...

Poco a poco la ropa fue desapareciendo de nuestros cuerpos que en la desnudez, embonaban a la perfección.
La timidez y el nerviosismo de la primera vez estaban presentes, pero la pasión luchó contra éstas hasta vencer.
Su precioso cuerpo sobre el mío era estimulante, me hacía delirar.
Me enamoré más de sus ojos cuando cerca de mi rostro clavó su mirada enigmática en mis profundos y temerosos ojos.
Posó una de sus manos en mi tenso abdomen y la dejó ahí acariciando dulcemente mi piel, intentando calmar mi agitada respiración en el acto.
El contacto de mi piel fría con la suya temperada me hizo estremecerme por el contraste.
Besaba mi cuello, el cual era el punto débil de mi cuerpo, y su aliento en mi tez helada fueron como diminutos cristales tallando finamente mi ser.
Y quemaba, la pasión quemaba, ardía en nuestro interior y fluía hacia a fuera.
Nuestros labios colisionaron en una promesa de amor, y mi lengua buscó instintivamente explorar cada rincón de su boca. Pedí permiso para entrar en ella rozando sus labios y dudó al principio, pero finalmente conseguí que se rindiera ante mi envenenado influjo provocado por el diablo.
Agarró un lado de mi rostro con posesión, profundizando aquél desenfrenado beso del cual me enamoré.

Alimenté mi cordura con su olor, con cada una de sus caricias, y perdí la razón al instante.

Sentir sus húmedos dedos calmando mi ansiedad fue una sensación de otro mundo.
No hay nada como la primera vez, que razón más absoluta.
Los jadeos y gemidos se hicieron paso entre nuestras gargantas.
Sentí el placer derramarse por mis piernas y mi cuerpo tembló con el primer espasmo en la corriente eléctrica del amor. Ataqué su suave espalda clavando mis uñas violentamente mientras mi mente caía por un precipicio de irracionalidad. Mordió el frenético pulso en mi cuello e hizo que se escapara un pequeño quejido de mi boca que contenía un dolor placentero irresistible.
Dirigí mi mirada a sus ojos, intentando tranquilizar mi respiración, que me observaban con devoción.
Se acercó lentamente a mis labios y los besó con dulzura, aferré sus labios con los míos en una enfermiza desesperación, y mordí su labio inferior con vehemencia.
Se alejó unos centímetros de mí, mostrándome una sonrisa que se encontró con la mía complacida y traviesa.
Coloqué un mechón de su pelo tras su oreja y bajó los parpados de sus ojos sintiendo mi caricia en su piel.

El aroma de placer, excitación, pasión, satisfacción, deseo, amor, era embriagador.

Se movió sobre mí y colocó su rostro de perfil sobre mi pecho desnudo para descasar sobre un mar de sentimientos intensos.

-Escucho tu corazón. Está latiendo rápidamente... -Dijo dejándome sentir como sonreía sobre mi pecho.
-Eso es porque tú estás cerca. -Respondí mientras acariciaba sus cabellos con incontrolada dedicación.
-¿Crees que dejará de ser negro y helado?
-Creo que siempre habrá algo de oscuridad en él, pero te aseguro que lo derrites lentamente cada vez que me tocas.

Caímos en un mismo sueño que nos transportó juntas a una piscina de sangre donde los pétalos de rosas nos envolvían con su caracterizada suavidad.

Y entonces dejo de recordar, abriendo los ojos, dándome cuenta de que nada ha sido un sueño y le sonrío a la vida y al amor.

domingo, 11 de marzo de 2012

La lluvia que bañó la primera vez.

La lluvia cae sin cesar en una mañana oscura de otoño.
Observo las gotas pelear las unas contra las otras en el cristal de la ventana. Una ventana con marcos de madera blanca, algo sucia y desgastada por el tiempo. Que ha sido cómplice de dejar entrever al cielo, con cada una de las estrellas, el amor que ha llenado el espacio esa noche a la luz de la luna. Ese espacio lleno de energía que es la habitación en la que el amor, ha sucumbido a la pasión por primera vez.

Pongo en mi cuerpo la preciosa ropa interior de encaje negra y morada, y cubro mi piel con una camisa algo larga de color blanco.
Miro la lluvia de nuevo y pienso que ver y oír la lluvia caer, es una de las cosas más maravillosa que la naturaleza regala a nuestros ojos y oídos. Aunque claro, siempre hay algo más maravilloso que mirar. Así que giro sobre mí y dirijo la mirada al cuerpo desnudo que descansa tiernamente sobre la cama. Observo, con la poca luz que nos ofrece esa mañana oscura, que es un cuerpo precioso, hecho con dedicación, estructurando cada parte como si de una figura de barro se tratara. Delgado pero con curvas y de piel clara. Un cuerpo que carece de admiración profunda, pues la fina sabana que porta la cama lo envuelve con delicadeza.
Hay una pierna escondida y otra dejando ver su magnifica escultura.
La figura de un torso y el volumen de unos pechos perfectos se logra apreciar debajo de la sabana.
Y sonrío, sonrío cuando mi mirada capta a un hermoso rostro de perfil, descansando sobre una almohada.
Unos labios ligeramente finos, delineados y rosados. Una nariz algo larga pero perfectamente encajada en su sitio. Y unos ojos cuyos parpados tapan el magnifico color azul oscuro que tanto me atormenta.
Sus cabellos largos y rubios cayendo graciosamente sobre la almohada y sus hombros. Estos que me hipnotizan con su brillante y libre movimiento.
Quedo ensimismada admirando el cuerpo de una mujer que con una caricia, ha conseguido hacerme suya como nadie lo había hecho antes.

Por primera vez en mucho tiempo me siento bien conmigo misma estando tan cerca de alguien, me siento tranquila, a gusto, protegida, e incluso más completa.

Mi alma me permite sentir un destello de luz para asegurarme de que todo dentro de mí está bien. Que no existe la oscuridad de mi corazón junto a ella. Ella, que parece estar en perfecta sincronía con mi cuerpo y después de observar mis manos por unos segundos, siento que cuando mi alma me habla, su mirada se clava en mí de repente, haciendo que mi corazón juegue con sus propios latidos erráticamente.
Intento entender lo que su mirada inquisidora quiere decirme, durante unos segundos en los cuales no hay nada mejor en el mundo que hacernos el amor con la mirada, sonreír y respirar con desdén.
Entonces mi cuerpo por iniciativa propia vuelve a la cama, gritándole a mi mente que necesita sentir la piel de la mujer desnuda sobre la cama a la cual mi corazón responde como el único amor con el que quiere llenarse de felicidad eternamente.

Me penetra con sus ojos dotados por un precioso ahora azul más claro, y me desnuda poco a poco de nuevo mientras hace lo mismo con mi alma, observando mis oscuros, grandes y expresivos ojos marrones.
Besa mis labios con dedicación, mi corazón se detiene, separa ligeramente su rostro, inyecta su mirada en mis ojos, sonríe con dulzura y vuelve a besarme, provocando así que mi corazón despierte y pegue gritos de amor con sus latidos, y mi sangre vuelva a correr de nuevo por mis venas quemando mi piel por la pasión en la cual volvemos a envolvernos, demostrándonos, prometiéndonos que el 'Desde siempre y para siempre' con nuestro amor, sí funcionará.
Porque es la fuerza del universo la que lo empuja a ser eterno.

domingo, 26 de febrero de 2012

Intento amarte, así que: No me retes, ayúdame.

Déjame amarte, amor, como tú amas mi existencia.
Alumbra mi alma como lo hace la luna con la noche.
Déjame mantenerte cerca como las venas mantienen la sangre a través de ellas.
Haz que el amor crezca como las flores de primavera, preciosas, llenas de vida.
Deja que me alimente de ti como un colibrí lo hace con el néctar.
Abrázame como abraza la piel a los huesos del cuerpo humano.

Amor, ama mi dramatismo y cálmalo besando la piel de mi cuello, tan sensible al tacto...
Reten mis lágrimas en tus labios y saborea mis sentimientos con tu lengua.

Tu amor es tan grande que podría matarme, pues mi débil sentimiento no es compatible.
Débil sentimiento que hace que mi cuerpo tiemble de dolor.
Así que por favor, te ruego, hazlo ya, mátame con tu amor y no dejes que el dolor se propague y el débil sentimiento me torture.

Déjame amarte, amor, como tú amas mi existencia... No me retes, ayúdame.

miércoles, 15 de febrero de 2012

El placer.

El placer es relativo, variable...

El placer en el amor...
Placer cuando besas a esa persona querida y te fundes en sus labios...
Placer cuando roza tu mano y eriza tu piel...
Placer cuando posa sus labios en tu cuello y te hace suya con delicadeza y firmeza...
Placer cuando estas entre sus brazos y te sientes protegida mientras respiras su esencia...
Placer cuando te quedas ensimismada observando cada uno de sus gestos...
Placer cuando ríe y se forma una sonrisa en tu rostro...
Placer cuando acercas ligeramente su cuerpo al tuyo y tus sentidos despiertan emanando calor...
Placer cuando piensas en esa persona y su olor aparece repentinamente haciéndote delirar...
Placer cuando sostiene tu mano y sientes que no vas a caer...
Placer cuando sueñas con ella y verla en tu mente se vuelve mejor placer que seguir durmiendo...
Placer cuando con una canción las lágrimas corren por tu rostro felices al recordar su amor...
Placer cuando te inunda la felicidad al recibir un mensaje suyo...
Placer al darte cuenta de que estas viviendo el amor...
Placer cuando tu alma da un destello de luz al sentir que sus labios reconocen a los tuyos...
Placer cuando parte de tu piel fría se vuelve húmeda con su contacto...
Placer cuando el estímulo de seguir viviendo crece simultáneamente solo con el saber de su existencia...

Pensar y desear entregarse en el amor... Eso es placer.

domingo, 5 de febrero de 2012

Give your heart a break.

La tarde de ayer, que parece ya tan lejana por lo mucho que le echo de menos…
No soy consciente de la velocidad a la que fue mi corazón cada vez que ella se acercaba, o de las veces que éste se detuvo cuando tocó mi piel.
Cerré los ojos instintivamente durante unos segundos cuando se acurrucó a mi lado mientras nuestros cuerpos descansaban sobre las butacas de la sala de cine, y temblé durante todo el tiempo ligeramente intentando controlarme.
Sus labios quemaron en mi piel cuando besó mi cuello, por el contraste de su caliente aliento y el frío que desprendía mi cuerpo.
Sé que no fue un sueño porque el sudor frío de mis manos me recordaba a cada momento que estaba viviendo el momento con intensidad.

Mis labios sobre los de ella solo es una prueba más de que el amor ha llegado a mi vida, y cada vez que nos besamos siento que mi alma llora recordando el momento de despedida.
Abrazarle y aspirar su esencia me hace suspirar al sentirme segura entre sus brazos.
Puede que una pareja no dure para siempre, pero el amor que le tengo voy a llevarlo conmigo siempre, puesto que desde que nací, ella es la única persona que me ha querido de verdad.
Adoro los tatuajes, así que quiero grabar en mi piel algo que me recuerde a ella, y quiero saber que va a estar ahí por siempre, pegado a mí cuando ella esté lejos.
Me encanta cada canción de amor que escucho ahora, porque solo puedo pensar en ella. La canción ‘Give your heart a break – Demi Lovato’ me pone los pelos de punta ahora que me he enamorado de su letra y todo el sonido que contiene. Quiero cantarla por siempre y que sea solo para ella.
No quiero olvidar jamás la tarde de ayer porque fue perfecta en cuanto a todos los momentos junto a ella se refiere.

Quiero escribir miles de escritos que me recuerden a ella, sellar cientos de heridas con sus besos y acariciar su alma hasta que no haya vuelta atrás.
Que el amor nos guíe a una eternidad plena de amarnos, de besos apasionados y abrazos protectores.
Beber de sus lágrimas y vivir en ella hasta que deje de llorar.
~Déjame desear que el amor no desaparezca, jamás.
Don’t wanna break your heart, wanna give your heart a break…♪♥

jueves, 2 de febrero de 2012

La nieve.

La nieve helaba mis huesos, debajo de mi ropa.
Cada parte de mi cuerpo temblaba notablemente.
Solo podía pensar en que el frío iba a acabar conmigo.

Cerré los ojos mientras me retorcía de dolor.
Tirada sobre la nieve podría lograr sentir una ligera comodidad...
Mis labios se agrietaban por momentos.
Pequeños cortes en mi piel se formaban, pero tenía la piel tan dormida que la escozor casi no se notaba.

Mi mente se llenó de recuerdos de mi vida, vagos recuerdos que se esfumaban con cada intento de respirar, donde el aire se quebraba en mi garganta.

La esperanza ya no existía, la sangre que corría por mis venas estaba tornándose espesa, lo sé porque llevé una mano a uno de mis oídos y mis dedos se envolvieron en un liquido rojo.

Una brisa de calor rozó mi cuello e hizo que me estremeciera violentamente.
Una mano se posó en mi pecho, mi corazón se puso de nuevo en marcha, y mis parpados comenzaron a elevarse con delicadeza.
Alguien había venido a por mí, alguien cuyos ojos marrones se volvieron verdes al encontrarse con mi mirada.

-¿Pensabas que te iba a dejar aquí, helada? Te necesito para vivir, necesito tus besos, sino caería enferma.
No puedes dejarme sola, estamos destinadas la una al otra, ya no hay vuelta atrás, nuestro amor es nuestra fuerza para seguir con vida.

Colocó su otra mano en mi rostro, acariciándolo suavemente... Una lágrima cayó de mis ojos y se congeló en mi piel a mitad de su recorrido.

Hicimos el amor en la nieve, tan solo con un beso apasionado que me devolvió de nuevo a la vida.


martes, 31 de enero de 2012

Entrega en cuerpo y alma.

Fue escaso de importancia para el mundo el momento en el que agarró mi mano hace unos días, pero yo, no puedo olvidarlo desde entonces. No puedo olvidar que nuestras manos entraran en contacto durante unos segundos que se hicieron eternos en mi corazón. Así que casi no tengo el valor de imaginarme que sujetara mi mano una vez más, y que los segundos se hicieran horas, porque me hace delirar.

No creía que podría entregar mi alma poco a poco tan 'fácilmente'.
Que el acto de sus labios en los míos de calor a mi piel, me hace desear no ser tan fría.

Sé que hablar de hacer el amor, me ha dado siempre mucho respeto, pero aclamo que si tuviera que entregarme, creo que debería ser a ese ángel.

Sus alas sujetando mi cuerpo, arrastrándome a su cielo... haciéndome volar.

Me retuerzo de dolor cuando me besa y anuncia que dejaré de ser la misma.
En mi espalda crecen unas nuevas alas, nace un nuevo ángel...

La libertad jamás volverá a ser igual, pues ahora pertenezco a ese ángel al que me entregué sin piedad, por amor.

Enamorándonos...

Besa mi cuello y no mis labios.
Escucha los latidos de mi corazón.
Susurra en mi oído lo que solo tú sabes que me hace estremecer.
Pon una mano en mi pecho y siente como mi alma se entrega a ti en cada caricia.

No quiero más drama, solo tus labios jugando dulcemente con los míos.
Así que lloremos por última vez, y vamos a abrazarnos durante toda la noche, mientras así, le gritamos a la luna llena, lo mucho que nos queremos.

Convierte las rosas negras que nos envuelven en rosas rojas, y arrebata cada una de las espinas para que no haya más dolor.
Tu saliva curará las heridas de mis labios cuando me beses. Y cuando yo acaricie tu espalda, cicatrizaré tus cortes con las yemas de mis dedos.
Finalmente, cuando mi alma despierte del todo, el veneno del amor se esparcirá por mis venas, y tu corazón volverá a latir.

miércoles, 18 de enero de 2012

Correr lejos de Él, dejar que mi corazón hable con el de Ella.

Despertar junto a ella no es lo mismo que despertar junto a él, en absoluto.

Él tiene una piel dura. Unas manos ásperas con las cuales acaricia mi cuerpo y siento que corta mi piel poco a poco.
Siento que él pone todo el esfuerzo que quiere, hasta que acaba, ni siquiera se preocupa por mí. Y que cuando está dentro de mí, parece que mi corazón se descomponga y que con cada arremetida mi alma se perfore más y más.
Cuando él está sobre mí, lo único que quiero es que acabe de una vez y salga de la habitación.
No quiero que bese mis labios porque es demasiado descuidado con mis sentimientos.
Él dice 'Te quiero' cuando terminamos, pero sé que esas palabras se pierden en el aire y no llegan a mi corazón.

Todo es completamente diferente cuando ella está mezclando su aliento con el mio en un beso apasionado, lleno de amor y no de sexualidad.
Cuando coloca una mano sobre mi vientre desnudo y mi respiración se corta de repente. O cuando clava su mirada en la mía y tiemblo solo de pensar en que, con ésta acción, puede ver mi alma a través de mis ojos.
Ella besa mi cuello con ternura y me regala una sonrisa de confianza cuando siente que mi corazón se desboca.
Adoro que ella no termine hasta que no consiga que terminemos juntas, entre pequeños jadeos y nuestras respiraciones agitadas.
Ella me deja ahogar gritos de placer en su hombro cuando acaricia mis sentidos dulcemente.
Cuando el amor ha sucumbido a la pasión, ella se coloca justo a mi lado, tan cerca de mí que puedo escuchar sus latidos. Me besa de nuevo en los labios, y mientras nos perdemos en ese beso, ella derrama lágrimas de felicidad que acarician ligeramente mi rostro. Y solo... siento todo su amor sin necesidad de palabras.

Así que no me preguntes por qué estoy enamorada de ella y no de él, porque creo que es obvia la diferencia aunque no la quieras aceptar. Cuando estoy con él, solo quiero correr. Y cuando estoy con ella no quiero alejarme jamás de su vera para que nuestros corazones, hablen por siempre del AMOR.

jueves, 12 de enero de 2012

Escribir, solo por escribir.

Corazón, labios, ojos, pecho, sangre, rosas, oscuridad...
Fuente alimentaria de mi vida, de mi inspiración.

Sí, desearía que me recordaran como 'el patito feo', oscuro, especial, fuera de lo común...

Como la persona que en vez de hacer lo que debía, se dedicaba a escribir.
Como la persona que clavaba espinas de rosas en su piel.
Que bañaba sus escritos en sangre.
Que siempre hablaba del corazón.
Que se escondía en la oscuridad.
La persona que hacía de los ojos, los labios, y el pecho, las cosas más bonitas del cuerpo humano.

Besos que se mezclan con sangre.

Rosas que rompen corazones.

Ojos que acarician un pecho, en la oscuridad.

Amor... odio.
Palabras, sentimientos dominantes en mi vida.

Pero siempre, siempre hay algo más. Algo que sin querer, dejo en el olvido por unos instantes.
Las lágrimas...
Que envuelven mi vida como si de mi propia piel se tratara.
Haciendo que cada vez que rozan mi rostro, me provoque una confusión emocional increíble.

Corazón, labios, ojos, pecho, sangre, rosas, oscuridad, y... lágrimas.
Expresando mis ideas, dejando libre a mi imaginación.

miércoles, 11 de enero de 2012

El largo letargo.

La fuerza que envían sus latidos de corazón a mi pecho, es tan fuerte que casi me corta la respiración cuando beso sus labios.

Rosa helada que atraviesa mis sentidos, haciendo así, temblar mis sentimientos de tal manera, que la luna duda en si seguir reflejando luz propia.

Su sangre mezclada con la mía hierbe por haberse encontrado, y transforman nuestras vidas en una.

Ella se hace adicta a mí, como yo al sentimiento dramático.

Me besa y siento que cuando rompo con el beso, tiene un miedo irracional a perderme, pero la obligo a soltarme, pues "nada es para siempre".

Lloro, y siento que mi mundo vuelve a tambalearse con tanta facilidad... con la capacidad de conseguir que la debilidad acabe con él. Y lloro, lloro de nuevo...
Y la mayoría de las veces no sé ni por qué. Simplemente, los cristales rotos donde se reflejaba antes mi rostro, se clavan en mí, obligándome a derramar lágrimas. Lágrimas de confusión, de amor, de miedo, lágrimas al fin y al cabo, de vida.

Cuando veo su amor amenazado por mi terrorífico drama, me siento como una asesina desquiciada que no sabe cómo hacer para no matar el amor que por fin, alguien me entrega incondicionalmente.

El sabor de las lágrimas arropadas en mis labios, tienen un sabor amargo, como siempre, sabor a miedo. Miedo al propio dolor, y al dolor ajeno.

Parece que las estrellas aparecen y desaparecen tal y como lo hace mi vida.
Puedo llegar a ser tan brillante como una estrella, o enferma-mente insignificante como cuando mueren.

El dolor antiguo de pensar que mueres y nadie te echa de menos, es tan parecido como imaginar que mueres y con ello matas de dolor a otra persona, por tu perdida.

Así que haga lo que haga, siempre buscar alejarme del dolor... Sobretodo de provocar dolor a los demás, incluso muchas veces, evitar eso, por encima de mí.

El sentimiento dominará cada una de mis células, cuando éstas acaben muertas por el miedo.
Y tal vez, solo tal vez, sus labios rozando los míos, sea lo único que me despierte del largo letargo.

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